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Un enfrentamiento armado se registró en el estado de Michoacán, en el que las fuerzas militares mexicanas abatieron a ocho presuntos sicarios, incluyendo dos mujeres. El hecho ocurrió en un camino de tierra en el poblado de El Colesio, en los límites de los municipios de Ixtlán y Ecuandureo, según informó la XXI Zona Militar, con sede en Morelia, a través de un comunicado oficial. Este suceso pone de manifiesto la creciente violencia y la lucha contra el crimen organizado en México, que continúa siendo un gran problema en el país.
Durante un operativo de reconocimiento terrestre para buscar "narcolaboratorios" de metanfetamina en zonas de difícil acceso, un grupo de presuntos sicarios atacó a los agentes militares. En el intercambio de fuego, seis hombres y dos mujeres fueron abatidos por las fuerzas militares. Sin embargo, se presume que varios cómplices lograron escapar aprovechando la complejidad del terreno.
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Después del enfrentamiento entre el grupo de presuntos sicarios y las fuerzas militares, la Fiscalía General del Estado (FGE) desplegó un equipo interdisciplinario para iniciar las investigaciones correspondientes. Este equipo se encargará de recabar indicios y trasladar los cadáveres al Servicio Médico Forense (Semefo) para su identificación.
Además, personal de la FGE informó extraoficialmente que se aseguraron rifles de asalto tipo AR-15 y AK-47, así como un vehículo utilizado por el grupo de civiles en la escena del enfrentamiento. Estos hallazgos proporcionarán información importante para continuar con la investigación y ayudarán a las autoridades a identificar a los responsables del enfrentamiento.
La producción y tráfico de drogas, como la metanfetamina y marihuana, es motivo de disputa entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cárteles Unidos y Los Caballeros Templarios, que operan en la zona de Ecuandureo e Ixtlán. Recientemente, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desplegó 300 soldados en Michoacán para llevar a cabo operativos estratégicos contra el crimen organizado.
Ecuandureo e Ixtlán se encuentran en el corredor de la autopista federal de occidente, la cual atraviesa el centro y el occidente del país, pasando por el Estado de México, Jalisco y Michoacán. En esta zona, las autoridades militares y de seguridad se enfrentan a un alto índice de violencia, lo que ha generado una situación compleja y difícil de resolver.