Estados Unidos ha rechazado la solicitud de México para llevar a cabo una investigación conjunta acerca del maíz transgénico y su impacto en la salud, lo que plantea la posibilidad de una potencial disputa comercial entre ambas naciones.
México ha venido solicitando en varias ocasiones la colaboración de Estados Unidos en estudios científicos relacionados con el maíz genéticamente modificado.
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El conflicto surge debido a los planes de México de restringir el uso del maíz modificado genéticamente, lo cual ha generado tensiones en el comercio entre ambos países.
Las compras anuales de maíz transgénico de Estados Unidos por parte de México rondan los $5 mil millones de dólares, siendo mayormente destinado como alimento para animales.
A pesar de que se discutieron estas cuestiones durante la visita del Secretario de Agricultura estadounidense a México, no se llegó a un acuerdo sobre la realización de nuevos estudios científicos conjuntos.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos difiere de manera significativa con la postura mexicana en cuanto a biotecnología.
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México busca prohibir el uso de maíz transgénico en la producción de tortillas y reemplazar el maíz amarillo modificado genéticamente en la alimentación animal.
Estados Unidos argumenta que la iniciativa mexicana carece de bases científicas sólidas y que tendrá un impacto negativo en sus agricultores.
En respuesta, Estados Unidos ha solicitado la activación de consultas para resolver la controversia bajo el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá).
México, por su parte, considera que Estados Unidos carece de argumentos sólidos para establecer un panel de resolución de disputas y está dispuesto a defender su posición en caso necesario.
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