El 4 de noviembre de 2024, la dificultad de la minería de Bitcoin (BTC) alcanzó un nuevo máximo histórico de 101.64 terahashes (TH). Este incremento implica que los mineros deben invertir más recursos y potencia computacional para validar transacciones y generar nuevos bloques, lo que encarece y hace más complejo el proceso de minería.
La dificultad creciente implica que los mineros deben emplear equipos más avanzados y consumir más electricidad, afectando su rentabilidad. Además, a medida que aumenta la competencia para resolver bloques, los mineros individuales, especialmente los que tienen menos poder de procesamiento, ven reducidas sus probabilidades de éxito.
Pese a los desafíos, este incremento de dificultad trae beneficios importantes para la red Bitcoin, ya que estabiliza la frecuencia de creación de bloques. La red ajusta automáticamente la dificultad cada 15 días para mantener el tiempo de bloque en unos 10 minutos. Esto asegura que la red continúe operando sin interrupciones y se mantenga segura. Con un hashrate cercano a su máximo histórico, la red es menos vulnerable a posibles ataques, como los de 51%.
Este hito en la dificultad refleja el complejo panorama de la minería en 2024. La rentabilidad de los mineros lleva cuatro meses consecutivos a la baja, lo que desafía aún más a los que participan en esta actividad.